Por RELACIONESABIERTAS
La “compersión” básicamente es “Estoy feliz siempre que mi amante sea feliz.” Si tu pareja salió a tener sexo con una persona, siempre y cuando esté emocionada, también lo estás vos. Es un estado agradable en el que estar, si podés manejarlo.
El problema es que las personas que experimentan esta “compersión” libremente frecuentemente lo usan como una almádena para golpear a las personas que no están hechas completamente de buenos sentimientos de algodón de azúcar. “Si no experimentás el éxtasis reflejado en todo lo que tu amante hace”, exclaman, “entonces no sos realmente poli, ¿no? ¡Porque ser poli se trata de la compersión!
No. El poliamor es acerca de confianza.
Y la confianza no siempre se siente bien.
Cuando mi hija conducía un auto por primera vez, no estaba pensando “¡Qué gloriosa belleza celestial que finalmente haya conseguido su licencia de conducir! ¡Estoy tan emocionado por su nueva vida!” No, pensé “¿Se puso el cinturón de seguridad? Ese es un auto de $13.000 que no puedo darme el lujo de reemplazar, espero que no lo choque. Oh, Dios, la nena está conduciendo un pedazo de metal de tres toneladas a velocidades mortales, por favor, no dejes que mate a nadie. O a sí misma.”
Ahora, esa ráfaga de oraciones no quiere decir que no quería que mi hija conduciera nunca. Nada de eso. Ella necesitaba aprender a conducir. Esta experiencia iba a hacerla más fuerte, más independiente, una persona completamente comprometida con el mundo. Lo apoyaba totalmente, lo animé, y de hecho, pagué dinero y tiempo para asegurar que este momento pasara…
…pero no me sentía bien al respecto. Bueno, un poco. Lo suficiente como para hacerlo. Pero no era un bien puro, el tipo de cariño cálido apeluchado que uno debería sentir según los compersionistas.
Veo a la compersión como algo bueno para tener, una meta por la cual deberías esmerarte si podés hacerlo. Pero la “compersión” frecuentemente es usada como una cachiporra para abofetear a la gente por tener sentimientos, y demasiada gente tiene sentimientos de celos o miedo o preocupación o incluso de ultraje como para poder simplemente descartarlos al por mayor.
¿Lo que sentís cuando tu amante está besándose con alguien más es felicidad? ¡Eso es impresionante!¡Te envidio! Yo, sin embargo, frecuentemente siento la felicidad mezclada con miedo por ser reemplazado, y celos de que el Chico Nuevo pueda hacer cosas por ella que yo no puedo (si no, ¿por qué iba a estar saliendo con una copia idéntica de mí?), y es lo suficientemente difícil superar esos sentimientos sin la capa extra de “Oh, debo ser malo en esto si tengo dudas.”
Y a veces esos miedos señalan problemas reales. He tenido casos en los que cuando un amante pasaba todo su tiempo con el Chico Nuevo significaba, de hecho, que estaba perdiendo interés en mí. Y mientras que en teoría, debería ser lo suficientemente equitativo como para decir “Bueno, soy feliz siempre que ella sea feliz,” en la práctica parte de mi felicidad se basa en continuar pasando tiempo con ella.
Algunos de esos miedos me dejan ver problemas a tiempo para arreglarlos.
Confío en mis parejas. E intento mantener mis miedos tontos a un mínimo. Justo como le expliqué a mi hija que conducir un auto era una gran responsabilidad, y que podría matarse a ella misma y a otras personas… pero cuando sacó el auto de la cochera esbocé una sonrisa, porque esto era lo que ella realmente necesitaba, y yo confiaba en ella lo suficiente como para que esto saliera bien.
Al final resultó que funcionó. El hecho de que no permití que mis miedos la encadenaran fue un acto noble. Podría decirse que incluso más noble, de hecho, porque tuve que luchar para superar mis preocupaciones para poner sus necesidades por encima de mis dudas.
Eventualmente, me puse feliz cuando ella me llevaba en el auto. Y todavía no lo ha destrozado, gracias a dios.
Fuente:http://www.theferrett.com/ferrettworks/2014/03/why-compersion-should-not-be-the-base-value-of-polyamory/
Traducción: Amor Libre Argentina