Por RELACIONESABIERTAS
EL TEMA en esta cuarentena full es que quienes vivimos solxs queremos mantener ese contacto de “calidad” y a veces la convivencia de nuestros vínculos se chupan todo ese tiempo. Es difícil poder encontrar el equilibrio, ojo, lo sé.
Acá, a veces, también se pone un poco áspera la cosa cuando no te queda otra que estar encerradx, sin ver ni hablar con nadie más que con tu gato (que no responde) o tu madre que sólo manifiesta preocupación y miedo de cómo vas a hacer para sobrevivir (aunque lo estés haciendo hace más de 10 años) y donde las pajas abundan y están buenísimas pero a medida que pasan los días y el existencialismo te abraza cada vez más, también sucede que ni ganas de hacerte una paja tenés y te quedás mirando el techo. Porque vamos, blanqueemos esta situación de una buena vez: a veces no-tenemos-ni ganas-de-una-paja.
Por un lado, a les que conviven (porque he estado ahí y he escuchado mucho de esto, también) les diría que traten de que esa convivencia no les meta culpa o que por no querer tener una “discusión” evitan decir “Gatitx me voy un rato a hablar con Ositx”. Porque después de todo, hablar con Ositx, leer un libro, dormir, entrenar o hacerte la paja son momentos y deseos tuyos, genuinos y poco sentido tiene ocultarlos. Además ¿por qué ocultarlo, si ambas partes están de acuerdo en la forma vincular que tienen? Quizás ahora que están tanto tiempo juntxs, les viene bien para charlar sobre cómo vienen llevando el poliamor y repensar sus acuerdos, sus espacios.
A quienes no convivimos y estamos solxs en nuestras casas, nos diría que aprovechemos este tiempo para reflexionar sobre esta situación que poco podemos cambiar, en el sentido concreto de la cosa. Es decir, la situación es esta y no otra: estamos solxs y vamos a seguir así por varias semanas más, no depende de nosotrxs y tampoco de nuestras parejas que están allá pasandola igual de bien o mal que nosotrxs. Cada realidad tiene sus pros y contras, no idealicemos.
“Pero me muero de ganas por verlx y ni una videollamada puedo porque están 24/7”
“jugar un rato a algo online o mirar una peli juntxs, nada puedo”
“seguro se dió cuenta de que no me ama y está re bien sin mí”
y cuántas flasheadas más, ¿nocierto?
Sé que es difícil lo que voy a decir, pero creanme que cuando empezás a ponerlo en práctica, funciona poco a poco: está buenísimo empezar a hacer cosas piolas, que nos gusten, cosas que antes no teníamos tiempo de hacer y ahora sí. Y no sólo por el tiempo y la cuarentena, si no también porque de esa forma el “estar solx” deja de estar siempre relacionado al aburrimiento y la tristeza, al abandono o la desesperanza. La soledad también puede ser placentera.
El estar bien o mal poco depende de un otrx, es más un tema nuestro, de lo que hacemos o dejamos de hacer para sentirnos bien, dentro de lo posible. Y digo “dentro de lo posible” porque claramente estoy en un lugar de privilegio absoluto, donde me puedo dar el gusto y el lugar de ponerme mal porque la persona que me gusta no me da bola y ahora no tengo con quién ver una película en nefli.
Seguiremos extrañando y queriendo ese tiempo de calidad, pero en vez de cranear de más y alimentar los sentimientos de dependencia emocional y demanda, ocupémonos de nosotrxs y no de qué hace fulanitx con menganitx. Ocupémonos de hacer cosas para nosotrxs estando solxs e incluso repensemos en cuanto a cómo nos estamos vinculando y por qué siempre queremos más de lo que le otre nos puede ofrecer (salvo que seas de acuario o sagitario AHRE SEPIKÓ)