Juan Pablo Dorto

Por RELACIONESABIERTAS

Me llamo Juan Pablo D'orto, nací en 1983 en Berazategui, Buenos Aires, Argentina. 

Desde hace más de 13 años soy felizmente poliamoroso, convencido bisexual y eventual crossdresser cuando me da el tiempo y me entran los vestidos.  

Actualmente vivo en Ranelagh con mis parejas Cecilia, Sebas y Flor, y compartimos entre los cuatro la crianza de nuestro primer hijo. 

Desde hace 5 años que me dedico a atender la “poli-clínica”, que es el espacio personal de consulta de parejas que están atravesando la apertura de su relación. También investigo y escribo sobre la historia de las relaciones, y brindo con Cecilia los cursos que se dan en Relaciones Abiertas, tanto el de Apertura de la Relación como la Capacitación y Actualización para Profesionales.

En estos años ya acompañé a más de cien parejas, quienes me dieron el honor de invitarme a conocer su intimidad de cerca, pero también las partes más oscuras de la convivencia, los miedos y las soledades. A pesar de que ya pasaron años, siempre las tengo en mi mente y presentes en mi corazón A TODAS las parejas que pasaron por mi acompañamiento, con todas sus esperanzas y sus preocupaciones también. 

Como digo siempre, no hay que esperar a ser perfecto para tener una relación, hay que formarse para tener una relación que te ayude a crecer, aunque nunca seremos perfectos.

En cuanto a mi formación, quiero contar todo desde el principio. 

Mi relación tóxica con la Iglesia Católica Apostólica Romana.

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Todos los días, a las siete de la mañana, en un monasterio aislado en el medio de la selva, mis hermanos de fe y yo, rezábamos esta primera parte del Evangelio de San Juan. Y cuando digo mis hermanos de fé, digo a los monjes que me acompañaban en el camino que tuve dentro de la Iglesia Católica.

Yo tomé mis primeros votos religiosos antes de cumplir mis 17 años, desencantado con el aburridísimo mundo de la noche y las charlas pelotudas que uno tiene cuando es adolescente. Desde ese momento, viví muy felizmente como monje de clausura y en total castidad con varios períodos bajo el voto de silencio, hasta mis 22 años. 

En esos 5 años me dediqué al estudio de los orígenes de la familia, teología, historia de la Iglesia e historia general en mi monasterio, un claustro bajo la regla benedictina pero perteneciente a la agrupación Tradición Familia Propiedad ubicado en las sierras de Jundiaí, Estado de Sao Paulo, Brasil, donde disfruté del silencio y la soledad. En mi vida religiosa conocí desde adentro a la Iglesia, a sus comunidades de laicos y religiosos, a sus grupos revolucionarios y tradicionalistas, tanto en Sudamérica como en Europa, ya que pasé algunas temporadas enclaustrado en la Cartuja de Gaming, Austria. En ese período, de acuerdo con mi formación católica estaba en contra del aborto, de la homosexualidad, de la libertad sexual e incluso del sexo antes del matrimonio.

Acá estoy con mis compañeros en la Iglesia, soy el primero de la fila de arriba, desde la izquierda.

Y aunque hoy sea felizmente ateo, pol iamoroso que convive con 3 parejas, y crossdresser bisexual, sería imposible presentarme sin mostrar mi primera formación como católico, que se la debo especialmente a mis compañeros y superiores en Tradición Familia Propiedad, el siempre sagaz, incorrecto y sarcástico padre Francisco Rostom (el más jesuita de los no-jesuitas, hoy Capellán Mayor de la Armada Argentina), al siempre polifacético Dom Bertrand de Orléans e Bragança (Jefe de la Casa Imperial de Brasil) y al siempre pedagógico Monseñor Juan Rodolfo Laise (Arzobispo de San Luis, que en paz descanse). 

A mis 21 años comencé a dudar de la fe, y me alejé definitivamente de ese camino cuando me crucé con el libro Tres Ensayos sobre Religión de John Stuart Mill. A los 22, ya excomulgado latae sententiae volví a la Argentina, y en Berazategui me volví a cruzar con Cecilia, quien era hasta ese momento la única amiga mujer de mi infancia, y comenzamos una hermosa relación desde el año 2005.

De la Familia Tradicional a las Relaciones Abiertas

Con Chechu yo conocí mi sexo, mi amor, mis primeros proyectos para convivir y formar una familia. Siempre la amé y siempre la voy a amar. Pero, cuando abrí mi relación con Cecilia fue uno de los momentos más religiosos de mi vida, porque aunque había dejado la fé completamente todavía no tenía herramientas para pensar y sentir fuera de la formación escolástica que tenía una religión en la que ya no creía.

¿Está bien que me gusten otras mujeres? ¿podía amar a mi pareja, a pesar de que me gustaba ser crossdresser? ¿Puedo tener una relación feliz, sana, amorosa, sexual y siempre con proyectos como tenía con Cecilia… y al mismo tiempo tener otra relación con otra persona? ¿Puedo formar una familia fuerte, si soy un morboso retorcido? ¿Soy un morboso retorcido, o soy un tipo como cualquier otro?

Estas son las mismas preguntas que tienen las parejas que se acercan a nuestras consultas y nuestros cursos, por eso las entiendo tanto.

En la medida en que fuimos contestando esas preguntas fuimos ordenando nuestras ideas y acomodando nuestras emociones (que siempre tardan un poco en acomodarse, ténganse paciencia, no somos robots).

Ya un poco más ordenados (y saliendo los dos con Sebas), en el 2013 los tres marchamos en “La Marcha de las Putas” de Buenos Aires, llevando un enorme cartel que decía “POLIAMOR” que en realidad parecía escrito con letras militares (una reminiscencia de la Iglesia). En esa misma marcha ya me crucé con las primeras personas que se identificaron con esa palabra y comenzamos una hermosa amistad que tiempo más tarde (2014) hizo que co-fundaramos Amor Libre Argentina. 

Y acá estoy con mis compañeros de Amor Libre Argentina

Ahí iniciamos un raid interminable de marchas feministas, eventos polidramáticos públicos y privados, tríos morbosos y en general una vida a las apuradas en la que aprendimos muchísimo a través juntarnos y compartir nuestras experiencias (y cama alguna vez) con otras personas. 

Tres años después (2017) con Cecilia Figlioli y Silvana González decidimos formar Relaciones Abiertas, como espacio dedicado a la socialización pero sobretodo a la investigación, formación y al acompañamiento de las relaciones abiertas y no-monogamias. 

Desde que fundamos Relaciones Abiertas visitamos universidades, institutos y canales de televisión contando nuestra historia poliamorosa y contradiciendo las ideas de familia que la Iglesia pretende que aceptemos como natural.

Hoy vivo con mi familia poliamorosa, con Chechu, Seba, Flor y nuestro hijo, acompañado por todos nuestros polisuegros que nos quieren y nos apoyan, y dedicado a tiempo completo a investigar sobre el poliamor y a acompañar a otras relaciones en sus procesos de apertura.

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